Qasr Shubra






En el corazón de la ciudad de Ta’if, donde se entrelazan la fragancia de la historia y la belleza de la arquitectura islámica, el palacio de Shubra se alza como testimonio de una era de autenticidad, una joya arquitectónica única que guarda entre sus muros un legado vivo que narra capítulos de la historia del Hijaz. El nombre de este palacio proviene de su diseño inspirado en uno de los palacios del barrio de Shubra en El Cairo, reflejo claro de las influencias arquitectónicas que le otorgan un carácter singular. Su construcción comenzó en el año 1323 H., con la participación de unos dos mil trabajadores, y se completó en dos años, convirtiéndose en una obra maestra que fusiona los estilos romano e islámico, con detalles inspirados en la arquitectura tradicional del Hijaz. Lo que más distingue al palacio de Shubra es la precisión en su construcción, las celosías con toques artísticos refinados. Cuenta con un edificio principal de cuatro plantas, sótano y anexos exteriores para recepciones oficiales. Además de las caballerizas, el palacio está rodeado por un muro de piedra de 90 cm de altura, con tres portones distribuidos equitativamente. El palacio incluye unas 38 habitaciones y tiene dos entradas: una principal en el lado oeste y otra lateral en el este. Posee cuatro fachadas similares. Su sala principal alberga una escalera doble de mármol que conduce a las alas del piso superior, donde se encuentran habitaciones de distintos tamaños. Las ventanas y puertas están hechas de madera decorada con delicados grabados artísticos. Este majestuoso edificio fue testigo de momentos clave en la historia del Reino. El rey Abdulaziz Bin Abdulrahman Al Saud –que Al-lah lo tenga en Su misericordia– lo adoptó como su residencia en Ta’if, uso que continuó en el reinado del rey Saud Bin Abdulaziz Al Saud –que Al-lah lo tenga en Su misericordia–. Posteriormente fue sede del Consejo de Ministros durante el reinado del rey Faisal, cuando el gobierno se trasladaba a Ta’if en verano, y más tarde se convirtió en sede del Ministerio de Defensa y Aviación. En el año 1408 H., el palacio entró en una nueva etapa de su historia al transformarse en museo, ofreciendo una ventana a través de la cual se asoman las diferentes épocas. Hoy, el visitante recorre las salas del museo comenzando con la historia del palacio, seguido por escenas de las épocas anteriores al Islam, el período islámico, y finalmente la sala de la unificación del Reino. También alberga la oficina del príncipe Sultan Bin Abdulaziz. El museo se ha esforzado por documentar la vida económica del Hijaz mediante una sección dedicada a los antiguos mercados, ofreciendo al visitante una oportunidad de interactuar con el pasado y descubrirlo. Hoy en día, el palacio de Shubra sigue siendo un destacado monumento arquitectónico con su color blanco radiante, un destino cultural que refleja la autenticidad y el legado histórico del Reino, un símbolo del esplendor de la arquitectura islámica, cuyas estancias vibran con la autenticidad del pasado y el brillo del presente.

